Viernes 19 de Agosto de 2005
Chile
Reportaje extraído del diario electrónico elperiodista.cl, por Cristián Higueras.
Claudia Fuentes, directora de la ONG Alerta y Respuesta Contra el Abuso Sexual Infantil (ARASI) nunca pensó que las "imprudentes" declaraciones de la diputada Pía Guzmán golpearían tan gravemente la clave secreta de esta organización: el bajo perfil y el trabajo silencioso, características que durante estos últimos años llevaron al desbaratamiento de la red internacional de pedofília, conocida como Paidos, y el arresto de Claudio Spiniak, cabecilla de una poderosa y elitista red acusada de abusar de menores de edad en lujosos departamentos y casas del barrio alto de Santiago.
En ese sigilo, el mismo que mantuvieron cuando trabajaban aspectos de la ley contra la pederastía con la diputada Guzmán y el DC Patricio Walker, Arasi interpuso el 8 de agosto de 2002, a través del abogado Hernán Fernández, el mismo que encabezó la cruzada contra Villa Baviera y posibilitó la caída de la red Piados, una querella criminal (rol 95078-7) ante el 10° Juzgado del Crimen de Santiago contra la Iglesia Evangélica Pentecostal por los delitos de "asociación ilícita para encubrir delitos de violación y abuso sexual de niños y niñas pertenecientes a la iglesia y de obstrucción a la justicia".
En el escrito se solicitaron varias diligencias como la de facultar a la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones, de actuar fuera del territorio jurisdiccional del Tribunal, toda vez que varios casos de abusos se habrían cometido en distintos puntos del país, especialmente por pastores, los que a esa fecha ya habían sido trasladados de ciudad.
En la querella se presentaron como pruebas cartas de niños que evidenciaban el manejo psicológico que efectuaba la Iglesia contra las víctimas, a fin de encubrir y ocultar los abusos. Asimismo, entre las pruebas, acompañaron un documento oficial donde se reconocía que un miembro de la Iglesia Evangélica Pentecostal cometió "acoso sexual con hechos consumados", es decir, violación. La sanción aplicada a esta persona fue la destitución de la comunidad, sin presentar los hechos a los tribunales y autoridades respectivas.
Pese a los esfuerzos de la Policía de Investigaciones y de Arasi por entregar más evidencias al tribunal, el 10 de julio de 2003 el juez Juan Antonio Poblete Méndez cerró el sumario y sobreseyó temporalmente el caso argumentando que no tenía los elementos suficientes para seguir con la causa. La medida obedeció a que ni un solo testigo afirmó los hechos ante el magistrado.
CASOS DE NORTE A SUR
La Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones encomendó la investigación al subcomisario Leonardo Grimalt, quien recorrió varias ciudades del país para encontrar víctimas que quisieran hablar ante el magistrado. Este objetivo lo logró, pero a medias, ya que la totalidad de los testigos no estuvieron dispuestos a declarar. El motivo: el miedo a la Iglesia y a sus pastores. Según fuentes cercanas al caso, al tener conocimiento de la investigación judicial, la Iglesia Evangélica Pentecostal formó una comisión "especial" para ver el tema, encargándose de visitar las casas de los eventuales denunciantes. La comisión, encabezada por el pastor presbítero y ex miembro de las Fuerzas Armadas, Luis Oyanedel Astudillo, conversaba con las víctimas y los padres de éstos "recomendándoles" no ir a la justicia porque este era un tema exclusivo de la congregación.
El 22 de enero de 2003, sin embargo, Arasi solicitó al tribunal protección para un denunciante quien, según la entidad, estaba siendo hostigado por un miembro de la Iglesia. Se trataría, de acuerdo a la denuncia de Arasi, de Nabucodonosor Saavedra Arancibia, acusado por una de sus víctimas a través de una carta, la que fue presentada en el proceso, de violaciones reiteradas y amenazas de muerte.
EL HERMANO NABUCODONOSOR
Nabucodonosor Saavedra Arancibia, feligrés activo de la Iglesia Evangélica Pentecostal, fue expulsado por conductas atentatorias a la moral y a las buenas costumbres desde la Iglesia de Valparaíso en 1976. Luego se radicó en Mendoza. En esa ciudad, conoció y entabló amistad con José Quintul Ojeda, pastor de la Iglesia Evangélica Pentecostal, quien a la larga ha sido su principal protector. Según consta en el expediente, este "hermano en la fe", se ha dedicado a abusar sistemáticamente de otras adolescentes (Nieves A., Dora O., Germina P. y Mabel U.), aprovechándose de la protección y amistad que goza al interior de la Iglesia, donde él es uno de los principales "financistas".
Las autoridades evangélicas pentecostales investigaron estos casos, donde incluso el inculpado reconoció los hechos. Sin embargo, ellos se han negado sistemáticamente a llevar las denuncias ante los tribunales, debido a cómo entienden el evangelio y la relación con la justicia terrenal.
En su publicación mensual "Fuego de Pentecostés", aseveran, textualmente, "que los cristianos no tienen derechos", por lo cual no "deben pleitear en los Tribunales de Justicia".
CARTA ACUSADORA
La carta presentada como prueba por Arasi, es el relato de la joven G.P.M., quien contó su traumática experiencia con Nabucodonosor Saavedra, quien incluso ha llegado a amenazarla de muerte. G.P.M. dice que comenzó a ser abusada desde los 11 años, al interior de la casa Pastoral, propiedad de la Iglesia Evangélica Pentecostal, en Mendoza. "Habitualmente realizaba acciones de significación sexual, exhibición de material pornográfico, hasta consumar sus delictuosas intenciones.
"Corresponde precisar que al momento de accederme carnalmente, yo era una adolescente de sólo diecisiete años. Dada la particular y lamentable forma en que son criados los hijos en esta Iglesia y de acuerdo a sus costumbres, me convirtió en fácil víctima", dice en su testimonio G.P.M.
El 7 de febrero de 2001, G.P.M., se reunió en Santiago con el pastor de Mendoza José Quintul, a quien le entrega una carta describiendo detalladamente los hechos. Según la joven, Quintul le manifestó que "es conocedor de todos estos hechos y muchos otros similares que ocurren en la actualidad". En ese momento, G.P.M. le preguntó por qué no hacía la denuncia correspondiente, respondiéndole éste que Nabucodonosor Saavedra no pertenecía a la Iglesia. Sin embargo, el día 11 de febrero de 2001, durante la reunión de clausura de la conferencia anual de Pastores realizada en la capital, el Pastor Quintul le entregó la mencionada misiva a Saavedra Arancibia. Desde ese momento, según la denuncia, el acusado comienza una intensa campaña de amenazas, incluso de muerte, constancia que quedó en la 11ª comisaría de Lo Espejo, Tenencia La Victoria, el 24 de febrero de 2001,
Como había sido traicionada por el Pastor Quintul, la joven decide contarles todo a las autoridades centrales de la Iglesia Evangélica Pentecostal de Chile, que es la iglesia madre de las del resto de Sudamérica y de Estados Unidos. Entre el primero y el cuatro de marzo de 2001 es enviada desde Santiago una comisión investigadora y resolutiva a Mendoza, integrada por los pastores Luis Oyanedel Astudillo y Joel Concha Ríos.
"En esa oportunidad fue posible comprobar todos los hechos denunciados, los que fueron reconocidos por el acusado. Además, fue posible descubrir, mediante declaraciones de otras señoritas y de Oficiales de la Iglesia, que el denunciado ha seguido en la actualidad con estas conductas delictivas, tanto al interior como fuera de la congregación", sostiene G.P.M.
Con fecha 08 de marzo de 2001 se emitió una circular a todo el pastorado que señala que se expulsa a Saavedra Arancibia por razones disciplinarias. Tal medida, incluso, fue publicada en la edición Nº 863, de la revista Fuego Pentecostés. Sin embargo, y para sorpresa de las víctimas, Nabucodonosor Saavedra fue aceptado nuevamente, comenzando a participar en todas las actividades de la Iglesia, además de mantener en todo momento el apoyo del pastor José Quintul, el que incluso lo lleva como acompañante en sus acciones eclesiásticas.
Todos estos hechos fueron conocidos por el gobierno de Chile el primero de abril de 2002, cuando un grupo de integrantes y ex fieles de la Iglesia denunciaron los hechos ante el ministerio general de la Presidencia, quienes derivaron los antecedentes a las subsecretarias del Interior y Justicia.
De acuerdo a nuestra investigación, el Gobierno, a través de la división jurídica del ministerio del Interior, que encabeza, Carlos Mackenney, le solicitó todos los antecedentes del caso a Arasi. Sin embargo, esta ONG se negó a entregárselos ya que nunca tuvieron la voluntad de conversar con ellos directamente.
1. Abusos y muertes
De acuerdo a la investigación, el caso de Saavedra Arancibia es sólo la punta del iceberg, ya que hay otros hechos más graves, donde incluso hubo muertos. Entre los años 1985 y 1998 los jóvenes J.R., E.G., N.O., además de otros adolescentes, sufren abusos deshonestos por parte de un miembro de la Iglesia de Ñuñoa (S.O). Los hechos ocurren en circunstancias que los afectados son contactados y llevados a lugares de seudo-trabajo en donde son sometidos a abusos bajo amenazas de arma de fuego. En uno de esos actos, un hombre resultó muerto, tratándose de culpabilizar a uno de los menores de edad. Estos hechos fueron conocidos por el Juzgado del Crimen de Quilpue.
El joven E.G -actualmente estudiante universitario- estaba dispuesto hablar ante el 10° Juzgado del Crimen en contra de la Iglesia y de algunos pastores. Sin embargo, fue constantemente atosigado por un miembro de la congregación, quien es ex capitán de Carabineros, logrando éste se destistiera de la declaración.
En 1983, una joven comienza a trabajar en la casa pastoral de Coronel como asesora del hogar (sin goce de sueldo). El pastor de la época (V.O.) -actualmente está en Tomé- comienza a abusarla sexualmente. A raíz de ello nace un niño. Sin embargo, el pastor los abandona.
En 1994, jóvenes de ambos sexos son abusados mientras participaban de misiones. El autor de los hechos es un miembro de la Iglesia en Chillan (B.U.). Aquí también participó una comisión investigadora, pero no resolvió nada.
En 1995 una adolescente es violentada sexualmente por el Pastor de la Iglesia de Lo Valledor (N.G.), quien actualmente está en Freire. Esta situación es investigada por una comisión de alto nivel al interior de la Iglesia, producto de lo cual es rebajado de grado.
Eduardo Valencia, superintendente de la Iglesia Evangélica Pentecostal
2. "(Abusos)…gracias a Dios pasan muy a lo lejos"
Eduardo Valencia Martínez (80) es el actual Superintendente de la Iglesia Evangélica Pentecostal. Algo así como un Papa vitalicio. Nacido en Melipilla, entró a la Iglesia en el año1936, ya que, según él "iba con pasos agigantados hacia el mal". Hoy, con cerca de una década al mando de la Iglesia Evangélica Pentecostal, que tiene sedes en otros 14 países, afirma que todas las acusaciones son calumniosas y es producto de una campaña de desprestigio hecha por la prensa.
¿Cómo actúan ante una situación de abusos deshonestos o violación por parte de uno de los miembros de la Iglesia?
Eso, gracias a Dios pasa muy a lo lejos…
¿Cómo es eso de muy a lo lejos?
Cualquier caso inmoral en el que cae un Pastor, se sanciona inmediatamente. Se le llama la atención. Se le disciplina. Hay una comisión, la que llama a esta persona para que él pueda realmente confesar su falta, si es así o no. Muchas veces lo niega, porque a veces en esto también hay calumnias. Hay gente que se ocupa de calumniar a un hombre. Nosotros no podemos emitir un juicio de buenas a primeras.
¿Qué hacen cuando tienen todos los antecedentes a la vista? ¿La expulsan de la Iglesia?
Esa persona es "discontinuada" de la Iglesia. A nadie se le cierran las puertas de la Iglesia.
¿Ustedes entregarían a alguien a la justicia ordinaria?
No podemos entregar una cosa así, si no es algo bien concreto.
¿Han existido casos de abusos al interior de la Iglesia?
En este último tiempo no, gracias a Dios.
Pero los hubo…
Los hubo años atrás, pero esas personas dejaron de ser Pastores.
¿Abusos de qué tipo? ¿Violaciones, por ejemplo?
Violaciones, no, gracias a Dios. (En este momento interrumpe la conversación el Pastor Presbítero, Eliseo Caro Parraguez, quien sostiene que al interior de la Iglesia no hubo violaciones y que todo fue un invento de la prensa para calumniar).
¿Por qué dice usted que hay calumnias? ¿Una acusación sobre abusos sexuales o violación es muy grave?
Porque no hay un acusador. Yo entiendo que cuando no hay un acusador (testigos) y no hay hechos comprobados, es una calumnia.
3. Historia de poderes y "luz" divina
La Iglesia Evangélica Pentecostal es el principal credo protestante del país. Nacida bajo el alero del metodismo, su creación no tuvo exenta de polémica. Su primer gran líder y fundador fue el estadounidense, Willis Collins Hoover Kurky, quien en 1906 revolucionó el mundo evangélico en Valparaíso, cuando promovió una campaña de avivamiento espiritual. En 1932 se acusó a Hoover de haber tenido prácticas homosexuales orales. "Esa era la acusación y hay bastante evidencia", sostiene Juan Sepúlveda, doctor en teología y estudioso del mundo evangélico. Tras ello, el metodismo pentecostal fue liderado por el pastor chileno Manuel Umaña, quien presentó la acusación contra Hoover, cuyos seguidores debieron realizar nuevos trámites para inscribir lo que en definitiva se llamó Iglesia Evangélica Pentecostal.
Según Sepúlveda, el gran autoritarismo de los pastores de esta Iglesia hace que tengan una influencia muy grande. De ahí que "la estructura autoritaria se traduce en que haya una mayor propensión al abuso sexual y que su manejo sea bastante complicado. Ninguna iglesia está exenta de este problema", afirma el teólogo.