Hasta hace unos días la Cienciología era desconocida para muchos en Bolivia, pero las redes sociales se encargaron de poner en el debate los principios de esta doctrina religiosa que ya tiene presencia en el país y, en particular, en la capital cruceña. Lo cuentan en el medio boliviano El Deber las redactoras Carmela Delgado y Berthy Vaca.
Esta religión fue fundada por el escritor estadounidense de ciencia ficción Lafayette Ronald Hubbard y en algunos países, como Francia, es considerada una secta. La presentación y entrega del libro El Camino a la felicidad, escrito por el fundador de la Cienciología, en la feria del libro y que lleva en la contratapa unas breves palabras de Sebastián Molina Barbery, abrió el debate, por lo que su padre, Carlos Hugo Molina, respondió, a través de su cuenta de Facebook, que “quien se atreva a leerlo se encontrará con 21 máximas básicas que, por obvias, sería una irracionalidad el negar su validez”.
“Personas que estimo me han preguntado si yo sabía esa faceta de Sebastián y si yo también soy miembro de Cienciología. Con respeto respondo que sí lo sabía, y que yo no soy, no fui ni seré parte de ellos. Y quiero decirlo así de claro para establecer una posición respecto al debate que se ha abierto por las redes; las características de denuncia y casi de escándalo en algunos casos, relatan historias tan fantásticas que por absurdas rayan en la estupidez”, añadió a su comentario al que luego se sumaron otros que arrastraron una seguidilla de comentarios.
El mismo efecto generó lo que denunció Jorge Arce Castillo (43), que mantiene una batalla en la justicia desde hace cuatro años por la paternidad de su hija. El comentario desató diferentes opiniones porque sacó a la luz pública que la madre de su hija profesa esta doctrina. “Me enteré de que esto entró a Bolivia hace cuatro años, pero creo que viene de por lo menos unos siete años”, complementó. Cuenta que se involucró con el tema cuando comenzó a enamorar con la madre de su hija, en 2011, que forma parte de una familia conocida en la sociedad cruceña.
Asegura que el primer y único curso que asistió se trataba de eficiencia personal, pero que eso fue una excusa para realizarme un test de 200 preguntas. Una vez que se negó a continuar en el proceso de esta doctrina, todos sus allegados que estaban involucrados lo bloquearon de la lista de contactos. “La Cienciología dañó tremendamente a mi familia y, especialmente, me robó años de conocer y compartir con mi hija, el tesoro más grande que me dio mi vida”, dice parte de su escrito que también colgó en su cuenta de Facebook. Según él, decidió sacar su caso a la luz pública porque no puede permitir que dañen más familias por falta de una correcta información de lo que realmente es esa organización.
Una de las cosas que cuestiona de esta creencia es que para ingresar al grupo pasan por un proceso de purificación, en el que también se someten a un detector de mentiras donde les hacen sacar momentos de su vida que la persona quiere olvidar. Algunos señalan que cuando quieren retirarse del grupo usan esas confesiones para denigrarlos. También señala que cuando alguien de la familia se opone a esta religión comienzan a hacerle la desconexión, que es apartarlo de todo su entorno.
Estas percepciones también tienen resonancia en algunas publicaciones que circulan en internet, donde señalan que los miembros de la Cienciología son sometidos a presiones sicológicas y que por medio de amenazas han construido un imperio económico conquistando a estrellas de Hollywood, empresarios y políticos de todo el mundo. Tom Cruise, Dustin Hoffman, Nicole Kidman, Oliver Stone, Constantin Costa Gravas, Larry King, Mario Puzo, Aaron Spelling, Gore Vidal son algunos nombres de famosos que se difunden.
Cienciólogo local
Osvaldo Peredo resalta que el que ahora es presidente de la Cienciología, David Miscavige, al parecer ha comprado la marca Lafayatte Ronald Hubbard, que con su espíritu capitalista creó la religión de la Cienciología, porque veía que todo su planteamiento le reportaba ganancias y, por lo tanto, al generarle más ganancias, los impuestos eran mayores, por lo que para evadir el pago de tributos, creó una religión.
Peredo hizo notar que Hubbard comenzó con un planteamiento científico, desarrolló una ciencia de la salud mental, escribió muchos libros al respecto, pero hay un momento en que él desaparece y se publican varios libros con su firma y ha notado que el sentido original está modificado.
Artículo crítico
El mismo medio boliviano ha publicado una columna de opinión firmada por Maggy Talavera, titulada “Cienciología y estupidez”. La reproducimos a continuación.
Un intenso debate, antecedido por una gran polémica, predominó en las redes sociales los últimos días, a propósito de la revelación pública de la presencia en Santa Cruz de seguidores de la Cienciología, una secta presente como Iglesia en más de 200 países, aunque sus miembros suelen decir que no es una religión. Es una pena que ese debate no haya sido acompañado por la mayoría de medios de comunicación con mayor audiencia. Un dato que contribuye a preocuparnos y a ocuparnos de un tema, que no es menor, por mucho que algunos traten de minimizar su impacto.
La revelación de la presencia de cienciólogos en nuestra ciudad no resultó de la denuncia de algún afectado, pese a que ya hay aquí familias dañadas y disgregadas a consecuencia de los conflictos que esa genera. Fue provocada por el propio grupo que trabaja desde hace unos cinco años para ganar adeptos en Santa Cruz y que apostó por acelerar el proceso aprovechando la feria del libro. Lo hizo sin mencionar claramente a la Cienciología: usó etiquetas simpáticas como ‘campaña por los valores’ y el nombre del libro, que es su gancho principal, El camino a la felicidad. Ni la campaña ni el libro son el problema de fondo, sino apenas las puertas que conducen al mismo. Y este no es otro que el de una organización que “usa técnicas antiéticas de manipulación para persuadir y controlar a sus adeptos, que está diseñada para lograr las metas del líder, trayendo como consecuencia el daño a sus miembros, a familiares o a la sociedad”, como dice el experto en sectas Michael Langone.
Esa actividad fue el detonante que abrió las puertas de contención, tras las cuales venían acumulándose dolor, impotencia y terror de padres separados de sus hijos y de parejas divorciadas, frente al poder ganado por quienes comandan la secta aquí y en su sede, en EEUU. Fue así que salieron a luz testimonios desgarradores que tienen su epicentro en nuestra ciudad y que se suman al de centenas ya denunciados en otros países donde operan los cienciólogos, como documentaron HBO, BBC, CNN, entre otros.
Que quede claro que no se trata solo de algunos casos que relatan historias “fantásticas, absurdas y hasta estúpidas”. Son reales y bien lo saben los que han leído algo de Hubbard y su Iglesia, más aún quienes están dentro o siguen de cerca la actuación de cienciólogos. Tampoco se trata de reeditar inquisiciones. Se trata solo de poner los puntos sobre las íes, de despertar a la gente de buena fe y confiada que por muy buena puede ser confundida como débil de espíritu y, por lo tanto, de fácil manipulación.