Por el padre Jorge Luis Zarazúa Campa, FMAP
El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa y nos invita a acompañar a Jesús en su entrada triunfal a Jerusalén. Aquí tiene algunas recomendaciones espirituales prácticas para vivirlo con mayor profundidad:
1. Participar en la procesión y la Eucaristía
Viva la liturgia con devoción. Si hay procesión con palmas, únase con un corazón dispuesto a aclamar a Cristo como Rey y Salvador. En la Misa, escuche atentamente la Pasión y medite en el sacrificio de Jesús.
2. Ofrecer a Jesús su “manto” y sus “palmas”
Así como la gente extendía sus mantos y ramas, pregúntese: ¿Qué puedo ofrecerle hoy a Jesús? Puede ser un sacrificio, una renuncia, un acto de caridad o incluso su propio corazón dispuesto a la conversión.
3. Leer y meditar el Evangelio de la Pasión
Dedique un tiempo a leer y reflexionar en la Pasión del Señor (Mt 26,14–27,66 o el texto litúrgico del ciclo correspondiente). Pida la gracia de acompañar a Cristo en su entrega y entender su amor.
4. Practicar la humildad y el servicio
Jesús entra en Jerusalén en un burro, signo de humildad. Reflexione sobre cómo puede imitar su actitud en su vida diaria: servir sin buscar reconocimiento, perdonar, y amar sin condiciones.
5. Renovar su decisión de seguir a Cristo
Muchos de los que aclamaban a Jesús con “¡Hosanna!” luego gritarían “¡Crucifícalo!” ¿Es su fe constante o depende de las circunstancias? Renueve su compromiso de seguir a Cristo, incluso en las dificultades.
Puedes utilizar esta oración:
Oh, Jesús mío, Tú eres mi único Salvador y mi único Señor. Me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras.
6. Preparar su corazón para la Semana Santa
Este día nos introduce en el misterio del sufrimiento redentor de Jesús. Pregúntese: ¿Cómo viviré esta Semana Santa con más profundidad? Planifique tiempos de oración, ayuno y obras de misericordia.
Viva este Domingo de Ramos con fe y gratitud, reconociendo a Jesús como el verdadero Rey de su vida.