Por el P. Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap
Superior general de la Fraternidad Misionera “Apóstoles de la Palabra”
y Asistente eclesiástico del Movimiento Eclesial “Apóstoles de la Palabra”.
jorgeluiszarazua@hotmail.com
«Les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras» (Lc 24, 45). Con estas palabras inicia el documento del Papa Francisco en el que instituyó “El Domingo de la Palabra de Dios”.

Para nosotros, los Misioneros “Apóstoles de la Palabra”, es una confirmación del camino que hemos recorrido y, al mismo tiempo, una oportunidad para preparar con mucha dedicación el “Domingo de la Palabra de Dios” en nuestras Casas, parroquias y comunidades, y para aportar a las parroquias y las diócesis la vasta experiencia que hemos adquirido con la realización de la “Fiesta de la Biblia”, bajo la inspiración y el auspicio de nuestro amado fundador.
En efecto, el Santo Padre, el Papa Francisco, quiere que, a partir de enero de 2020, el III Domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado “a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios” y nos da estas sugerencias prácticas, algunas de las cuales ya realizamos los Misioneros “Apóstoles de la Palabra”, pues uno de nuestros objetivos consiste precisamente en dar a conocer la Palabra de Dios con todos los medios posibles:
- Las comunidades encontrarán el modo de vivir este Domingo como un día solemne. Es lo que realizamos ya en lo que denominamos “La Fiesta de la Biblia”, una iniciativa que debemos potenciar para suscitar y favorecer el amor a la Biblia y para enriquecer a la Iglesia con esta actividad, poniendo nuestra experiencia y nuestro material didáctico, nuestros libros y folletos al servicio del Pueblo de Dios.
- En cualquier caso, será importante que en la celebración eucarística se entronice el texto sagrado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios. Ya en diversos eventos de los Misioneros “Apóstoles de la Palabra” se favorece la entronización del texto sagrado, de una manera que impacta a los asistentes, en un clima festivo y de enorme respeto por la Palabra de Dios. Hay que entronizar la Palabra de Dios no sólo en los actos litúrgicos, sino también en los hogares católicos, para que la Palabra de Dios esté en el centro, no sólo como un libro sagrado sino como fuente de inspiración.
- En este Domingo de la Palabra de Dios, de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor. Las lecturas bíblicas del III Domingo del Tiempo Ordinario insisten en la proclamación del Evangelio y el anuncio de la Palabra de Dios. Ciclo A: Is 8, 23b—9, 3; Sal 27 (26); 1Cor 1, 10-13. 17; Mt 4, 12-23. Ciclo B: Jon 3, 1-5. 10; Sal 25 (24); 1Cor 7, 29-31; Mc 1, 14-20. Ciclo C: Neh 8, 2-4a.5-6.8-10; Sal 19 (18); 1Cor 12, 12-30; Lc 1, 1-4; 4, 14-21. Entre estas lecturas destacan las lecturas del Ciclo C, donde el libro de Nehemías presenta la lectura solemne del texto sagrado y su explicación al Pueblo de Dios, en un ambiente festivo, de manera que los levitas leían “con claridad y explicaban el sentido, de suerte que el pueblo comprendía la lectura”. El Evangelio nos presenta a Jesús en la sinagoga de Nazaret, poniéndose “de pie para hacer la lectura” de un texto de las Escrituras Sagradas, que explica su misión como Salvador y Redentor.
- En este Domingo de la Palabra de Dios, los obispos podrán celebrar el rito del Lectorado o confiar un ministerio similar para recordar la importancia de la proclamación de la Palabra de Dios en la liturgia. Es fundamental que no falte ningún esfuerzo para que algunos fieles se preparen con una formación adecuada a ser verdaderos anunciadores de la Palabra, como sucede de manera ya habitual para los acólitos o los ministros extraordinarios de la Comunión. También en las comunidades religiosas y movimientos laicales puede ser el momento idóneo para conferir el ministerio del lectorado y otros ministerios y servicios relacionados con la Palabra de Dios.
- Asimismo, los párrocos podrán encontrar el modo de entregar la Biblia, o uno de sus libros, a toda la asamblea, para resaltar la importancia de seguir en la vida diaria la lectura, la profundización y la oración con la Sagrada Escritura, con una particular consideración a la lectio divina. Ya se promueve esta iniciativa al inicio de la Catequesis para la Primera Comunión. Es importante promover una campaña para difundir masivamente la Biblia y para impartir talleres para orar con la Biblia, especialmente con el método de la lectio divina. Nuestros libros “Palabra de Vida” y “Oremos con la Biblia” dan importantes elementos y propuestas en orden a una pastoral bíblica más amplia.
El Papa Francisco insiste en que la Biblia “es el libro del pueblo del Señor que al escucharlo pasa de la dispersión y la división a la unidad. La Palabra de Dios une a los creyentes y los convierte en un solo pueblo”.
Por ello es necesario poner la Biblia al alcance del Pueblo de Dios. Unidos al Santo Padre, hagamos todo lo posible para que el domingo dedicado a la Palabra “haga crecer en el pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura, como el autor sagrado lo enseñaba ya en tiempos antiguos: esta Palabra «está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que la cumplas»” (Dt 30,14).
Pongamos a disposición de la Iglesia nuestra rica experiencia, adquirida bajo el liderazgo de nuestro amado fundador. Pensemos en otras iniciativas acordes a nuestro carisma, como las obras de teatro, la creación de nuevos cantos, la oración con la Biblia, etc.
Tomemos en cuenta que vamos en la dirección correcta, pero que falta aún mucho por hacer, para que nuestra actividad no sea sólo una pastoral de eventos aislados, sino una pastoral que dé inicio a procesos más claros que pongan la Palabra de Dios en las manos y en el corazón de cada católico. Recordemos lo que señala nuestro lema, cincelado por el P. Amatulli: Biblia para todo, Biblia para todos; todo con la Biblia, nada sin la Biblia. Los que deseen, pueden enviar sus experiencias, sugerencias y comentarios al correo electrónico señalado arriba.
Hola soy músico católico al servicio de la Iglesia desde hace algunos años y he visto la importancia del conocimiento de la Palabra de Dios en el fortalecimiento de la fe, tanto a través de las publicaciones de ustedes como de los videos del padre Amatulli, del padre Luis Toro y otros apologetas. Que sugerencia me darían para impulsar la Apologetica en mi parroquia? Ya que no todos, tanto sacerdotes como fieles, son conscientes verdaderamente de la necesidad de formación en esta área y hay poco o nulo apoyo. Qué propondrían en concreto para motivar al estudio de la apologetica en una parroquia? Y qué actividades específicas tienen planeadas para el domingo de la Palabra de Dios? Gracias y que Dios los siga iluminando en la misión que llevan a cabo. Luis.