mano                                                                           Por: Hno. Emmanuelle Cueto Ramos, fmap

Cada vez más se van introduciendo en la Iglesia ciertas prácticas que pueden poner en peligro la integridad de la fe. Muchas de estas prácticas se permiten de forma “oficial” de parte de la Iglesia como un tipo de concesión tomando en cuenta las circunstancias, como es el caso de la comunión en la mano, quiero compartir mi punto de vista muy personal al respecto, teniendo en cuenta  mi experiencia como misionero en no sólo en México sino en EUA y Centroamérica.

Muchos se habla sobre el tema ¿Está permitido o no hacerlo? Pero más allá de si la Iglesia lo permite o no, habría que preguntarse si estamos realmente preparados para reintroducir esta práctica de la Iglesia primitiva, de dar la comunión en la mano. Y es que el hecho de hacerlo no sólo puede provocar excesos litúrgicos sino hasta peligros de sacrilegios y una marcada desacralización hacia la Santa Eucaristía.

Hace un tiempo leí un artículo del teólogo del siglo pasado Dietrich Von Hildebrand sobre el tema, esencialmente aborda la cuestión en la línea de que un laico no podría tomar la Sagrada Hostia con sus manos ya que no están consagradas y que el sacerdote sí podría, en razón de su consagración presbiteral. A  mi juicio sería un poco desproporcionado el argumento ya que podríamos decir de un sacerdote que vive indignamente no se encontraría en la mejor disposición de tocar con sus manos el Cuerpo del Señor.

Pero volviendo al punto neurálgico. ¿Cuáles serían las razones por las que una práctica permitida por la Santa Sede se ha convertido en un semillero de posibles peligros y atentados contra la Santa Eucaristía? Primero, ciertamente en la época primitiva la Iglesia daba la comunión en la mano, pero recordemos que las comunidades eran pequeñas y privadas, no existía el peligro de que alguien no-cristiano se introdujera en el culto dominical, puesto que sólo los ya bautizados, tenía permitido participar de la Santa Misa, mientras que a los catecúmenos no, y mucho menos a los no cristianos. Esto nos hace comprender que el riesgo  de que alguien se lleve la Sagrada Hostia a su casa como si de un caramelo se tratara,  es mínimo sino es que nulo.

Muchos argumentan que el hecho de recibir la comunión en la mano nos vuelve cercanos a Dios, que cuando vamos a un banquete el anfitrión no nos da el pan en la boca sino en la mano. Hace poco escuché a un sacerdote (en un video) que un anfitrión nos daría un caramelo o comida en la mano, no en la boca. ¡Pero esto es absolutamente desproporcionado! ¿Comparar la Santa Eucaristía con un caramelo? ¡Dios nos guarde! Otros tantos se quedaron con la costumbre de recibir en la mano por alguna enfermedad viral (caso como en México por la H1N1) donde sólo por el tiempo de la contingencia no sólo se permitió sino se decretó el recibir la comunión en la mano.

Pero a mi juicio ¿Cuál es el problema de fondo? Muchos por orgullo y soberbia rehúsan recibir la comunión en la boca porque se creen con el derecho de hacerlo ¿Quién tiene el derecho? Nadie, sin embargo el Señor nos concede el derecho de recibirle con la mayor devoción y piedad que se pueda. Peor aún ¿Si es un ministro extraordinario? Con mucha más razón ¿Por qué he de recibirla de un ministro en la boca cuando puedo hacerlo en la mano?

Indagando sobre lo que dice la Liturgia me he encontrado con algunos puntos importantes que a continuación enumero:

          1. De aquí se desprenda dos cosas importantes: primero Todo fiel tiene el derecho de recibirla, porque es una concesión de la Santa Sede. Segundo: dicha concesión no será operativa por el permiso de ningún presbítero sea vicario o párroco sin la previa autorización de la Conferencia Episcopal –no sólo porque el Obispo lo permita sin más, sino con prudencia- y con la ratificación de la Sede Apostólica. Es decir, que para poder solicitar la comunión en la mano hemos de cerciorarnos si la Conferencia Episcopal lo ha permitido y al mismo tiempo si la Santa Sede se lo ha concedido a dicha Conferencia.

¿Por qué tanto problema? Porque lo que voy a recibir no es cualquier cosa, la Santa Sede busca preservar la devoción y amor a lo más Sagrado que tiene la Iglesia. ¿Realmente estamos preparados para reintroducir la comunión en la mano contando con tantos peligros contra la Santa Eucaristía? Lo que se concedió como un permiso temporal por cuestiones de salud, se convirtió en mala costumbre. Ahora que he estado más en Centroamérica (especialmente Guatemala y El Salvador) me he percatado de que la gente llega y me pide la comunión en la mano (Soy acólito Instituido) no se la niego por respeto, pero innumerables veces me ha llegado con las manos excesivamente sucias, llenas de grasa y me pregunto ¿Es que no saben que vienen a Misa? Si saben que pedirán la comunión en la mano ¿No se pueden tomar la molestia de al menos lavarse las manos? El presbítero al preparar las ofrendas del altar, antes de la consagración se lava las manos ¿Es que nosotros tenemos más derecho y no es necesario hacerlo? ¿Podríamos hablar de respeto y devoción?

Es de dominio público que desde que se ha concedido el dar la comunión en la mano, la cantidad de sacrilegios contra la Santa Eucaristía ha subido. Viene a mi mente el famoso caso (entre muchísimos) de la novia del político Costarricense Otto Guevara quien al pasar a comulgar solicita la comunión en la mano (cuando el Prelado se la estaba dando en la boca) y al regresar a su lugar parte por la mitad la Hostia Consagrada y una vez en su lugar la otra mitad se la coloca en la bolsa de la camisa del político. Y eso que son personas “católicas” no quiero ni pensar de aquellas que no lo son y que sólo vana a Misa a llevarse Hostias Consagradas para cultos o rituales satánicos.

Vuelvo a la pregunta inicial ¿Realmente estamos preparados?  ¿Tenemos educados a nuestros hermanos feligreses como para hacer de una práctica primitiva una costumbre oficial? Y es que mi cuestionamiento no es si es correcto o no… sino más bien ¿Las circunstancias garantizan el respeto y devoción que se merece la Sagrada Comunión? Alguien pudiera decir: “bueno mi gente comulga ahí mismo, nunca he visto que se le lleven” yo preguntaría: ¿La han educado de no sacudirse la mano una vez que han comulgado?

  1. La comunión en la mano es una alternativa concedida por la Santa Sede sólo a Estados Unidos (hablando del continente Americano) como bien lo menciona la Carta «En respuesta a la petición», para aquellos presidentes de las Conferencias de Obispos que solicitaron permiso para entregar la comunión en la mano 29 de mayo de 1969.

Nota : El » Resumen de los Decretos » sobre la confirmación de las decisiones de las conferencias de obispos en » Notitiae «, da una lista de las conferencias de habla inglesa, a los cuales les fué otorgada esta concesión ( según AAS y Notitiae ):

Sur Africa, 3 de febrero de 1970 Canadá, 12 de febrero de 1970 Rhodesia ( Zimbabwe ), 2 de octubre de 1971 Zambia, 11 de marzo de 1974 Nueva Zelandia, 24 de Abril de 1974 Australia, 26 de septiembre de 1975 Inglaterra y Wales, 6 de marzo de 1976 Papua y Nueva Guinea, 28 de abril de 1976 Irlanda, 4 de septiembre de 1976 Pakistan, 29 de octubre de 1976 Estados Unidos de América, 17 de junio de 1977 Escocia, 7 de julio de 1977 Malasia y Singapur, 3 de octubre de 1977

Si bien es cierto, el mismo documento comienza diciendo: “En respuesta a la solicitud realizada por su conferencia de obispos, en referencia al permiso solicitado de dar la comunión poniéndola en la mano de los feligreses, yo deseo comunicarle lo siguiente : El Papa Pablo VI llama la atención, al propósito establecido en la » Instruction Memoriale Domini » del día 29 de mayo de 1969, de mantener la práctica tradicional en uso. Al mismo tiempo, ha tomado en consideración, las razones dadas para apoyar su solicitud y el resultado de la votación obtenida en esta materia.

El Papa otorga, que en todo el territorio, correspondiente a su Conferencia, cada obispo pueda de acuerdo a su juicio prudente y a su conciencia, autorizar en su diócesis, la iniciación del nuevo rito para dar la comunión. La condición es, que se evite completamente, cualquier causa que pueda escandalizar a los fieles, y cualquier peligro que pueda generar, irreverencia hacia la Eucaristía. Las siguientes normas deben ser por lo tanto respetadas.

Los obispos prudentemente pueden conceder el que se dé la comunión en la mano (ratificado dicho permiso por la Santa Sede) Me pregunto: las diócesis donde se hace ¿Se ha sabido actuar prudentemente de parte de los obispos y más aun de los sacerdotes que son los que más animan a hacer esto? Es un tema espinoso, lo sé. Pero hemos de educar a nuestra gente sobre la necesidad de amar y respetar lo sagrado, no quiero ni pensar que al paso que vamos, la liturgia se convierta en adorno meramente (como en muchos lugares ya pasa)

Finalizo insistiendo ¿Estamos preparados realmente para reintroducir esta práctica?