¿Enfermedad Crónica o estilo de vida?
Por el P. Flaviano Amatulli Valente, fmap.
Si alguien me preguntara: «¿Cuál es el legado más grande, que quiere dejar a cuantos lo aprecian y quieren seguir sus pasos?», yo le contestaría: «La manía de pensar». Y si me preguntara por otro legado, le contestaría: «La locura por intentar hacer realidad lo que pienso».
Dejarse estimular
No basta leer mucho, viajar o conseguir títulos académicos al por mayor. Lo que realmente vale en la vida es aprender a dejarse estimular por todo lo que se ve o se aprende. Dejarse
estimular, no almacenar datos en la memoria; acostumbrarse a rumiar lo que se ha visto o aprendido. Sacarle jugo.
No aprender para presumir, pasar el examen o ser aprobado por los maestros. Eso pasa pronto y a la hora de los hechos, fuera de las aulas escolares, ya no funciona. Así se explica el fracaso existencial de quienes fueron brillantes estudiantes y ahora son profesionales mediocres, sin creatividad, puros almacenes de datos, computadoras vivientes, sin chispa propia.
Nuestros seminarios
Me temo que les falte originalidad y creatividad. Repetidores que enseñan a repetir como pericos. Y todo esto ante un mundo en plena ebullición. ¿Acaso los responsables no se dan cuenta de que muchas cosas ya no funcionan en la vida eclesial? ¿Y qué están haciendo? Mirando nada más.
Y luchando por seguir sacando títulos. Títulos y títulos. Y seguimos estancados, mientras los demás, no solamente corren, sino vuelan. Mientras nosotros seguimos con los silogismos, jugando a la verdad. Tenemos miedo a cimentarnos con la realidad, a enfrentarla cara a cara.
Preferimos el discurso elevado, las palabras vanas y el escondite seguro, para sentirnos bien, mientras la vida corre y se nos escapa de las manos.
El valor de arriesgar
¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo durará el hechizo de Santo Tomás y despertaremos al grito del Resucitado, que nos envía a proclamar al mundo la Buena Nueva, como corderos entre lobos?
Pensar, soñar e intentar hacer realidad lo que se vislumbra en los sueños. Aquí está el gran reto para los valientes y los atrevidos, que sueñan con los ojos abiertos.
Mientras los demás siguen con el discurso elevado, dentro de una jaula de oro y espantados ante una realidad hermética y desafiante. Olvidándose de la gran Misión, la única realidad que puede dar sentido a la vida del Discípulo.
HOLA PADRE PEDIREMOS AL ESPIRITU SANTO PARA SER TESTIGOS DE CRISTO CON UNA ACTITUD DIFERENTE PROFESIONALES ACTIVOS.Y CHISPAS PARA LA MISION…….
Estoy de acuerdo con usted, en saber sacar provecho
a todo lo que Dios nos ha regalado.
en especial en la forma de pensar.
regularmente pienso en que forma puedo aportar algo al Reino de Dios. haciendo algo concreto.
saludos.