Por José Leopoldo Fierro Córdova. Experto en Sectas, especialmente en Testigos de Jehová
La Biblia nos muestra las tres virtudes de un cristiano: la fe, la esperanza y la caridad, es decir, el amor (1Cor 13, 13). Cuando se termine la Historia de la Salvación en su dimensión terrena en la Segunda Venida de Cristo, se terminarán la fe y la esperanza. Sólo permanecerá eternamente la caridad (Amor).
La fe ya no será necesaria porque lo que creímos sin ver, ahora lo estaremos viendo cara a cara (1Cor 13,12). La esperanza desaparecerá, porque lo que Cristo nos prometió ya estará cumplido. Sólo quedará la Caridad. El amor eterno mutuo de los justos, unido al Amor a Dios en el cielo.
Recuerdo de niño cuando asistía al catecismo, la catequista nos explicaba esto con un dibujo de un tren que pasaba por un túnel. Este túnel a su entrada tenía un anuncio que decía “Muerte”. A la salida del túnel salían dos vías: una terminaba en el cielo y la otra en el infierno. En la estación de salida del tren estaba la oficina de boletos gratuitos para abordar el tren. Se entregaban sólo boletos para viaje de ida y no de regreso. Había un aviso: el equipaje que se permitía eran sólo dos maletas. Cada una llevaba un título. Una decía Fe y la otra decía Buenas obras. El túnel simbolizaba la muerte por donde todos los seres humanos vamos a pasar (Heb 9,27; Rom 6,23).

Después de la muerte somos juzgados y sólo hay dos sentencias: salvos o condenados (Cielo o Infierno). Si nos presentamos en ese juicio sólo con una maleta, no podremos salvarnos, concluía este cuentecito y su dibujo utilizado para la mentalidad de un niño católico. Nunca lo he olvidado y me hace meditar la doctrina falsa protestante de abordar el “tren” que tiene como destino el juicio de Dios, CON SÓLO LA MALETA DE LA FE, ya que los protestantes aseguran que la salvación se logra sólo por Fe sin las obras de la CARIDAD.
Todo protestante al morir, aunque abordó el tren que comento, sólo con la maleta de la FE, su Pastor en el culto de despedida del difunto, asegura que el hermano fallecido se fue directamente al Cielo. En Santiago 2,24 el Apóstol nos advierte que tengamos presente antes (de abordar ese tren) que la salvación no se logra en ese viaje sin retorno con sólo la maleta de la FE. Si fuera cierta la noción protestante de abordar ese tren con sólo la maleta de la FE, hasta Satanás la tiene (Stgo 2, 19) y podría abordar ese tren como pasajero e ir a vivir al Cielo, aunque no tenga la maleta de las Buenas obras.
En lo personal veo que pasajeros como la Madre Teresa de Calcuta, Pedro Claver, Maximiliano Kolbe, Padre Damián de Molokai, el llamado Padre Trampitas, preso voluntario del penal de las Islas Marías en el Pacífico mexicano y millones más, abordaron ese tren con exceso de equipaje en sus dos maletas y nadie les cobró sobrepeso.
Excelente mensaje para todos nosotros los Católicos.
Una enseñanza.
Gracias saludos.