Mons. Arizmendi: Quien acepta a Cristo como su salvador, debe aceptar a Pedro
Durante la celebración de la Fiesta de San Pedro y San Pablo, el Obispo de San Cristóbal de las Casas, Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, afirmó que “quien acepta a Cristo como su salvador, debe aceptar a Pedro”.

El Prelado explicó que “Pedro es el vicario de Cristo” y “el que continúa su misión al frente de la Iglesia. En consecuencia, sobre Pedro, en representación de Cristo, se edifica la Iglesia”, y agregó que “quien rechaza a Pedro, rechaza la voluntad explícita de Cristo”.

“Por tanto, a una iglesia que no esté cimentada sobre Pedro, le falta algo que previó el mismo fundador de la Iglesia. Esto no significa que todo lo demás de Cristo que esas iglesias tienen sea falso. Sin embargo, les falta un elemento básico y fundamental, para ser fieles a la Iglesia tal y como Cristo la quiso. Sin Pedro, ¿se puede ser la verdadera Iglesia de Cristo?”, afirmó el Obispo.

Por otro lado, al referirse al Apóstol San Pablo, el Prelado afirmó que “tiene la misión de extender la Iglesia hacia quienes no eran judíos, sobre todo a los griegos y romanos. De esta manera, ambos apóstoles encabezan la Iglesia. Pedro da la seguridad en la fe. Pablo la difunde por todas partes. Pedro es el centro de unidad en la Iglesia. Pablo da la dimensión misionera. Pedro preside en nombre de Cristo. Pablo hace llegar el Evangelio más allá de las fronteras judías”.

“La autoridad de Pedro y la dinamicidad de Pablo están al servicio de Cristo, en la Iglesia. No pretenden un poder terrenal. Lo que les importa es que todos conozcan al Salvador, lo acepten de corazón y cambien de vida, conforme al Evangelio”, explicó el Obispo y recordó que “hoy, este occidente cristiano está cayendo en un abandono progresivo del cristianismo, dejándose llevar por el placer, por el dinero, por el erotismo, por la injusticia y por un estilo de vida contrario a lo que nos enseñó Jesucristo”.

Mons. Arizmendi añadió que igualmente, “los obispos, que somos continuadores de la misión de los apóstoles, no ambicionamos poder político, social o económico. No nos llamó Jesucristo para eso. En nosotros no van a encontrar competencia por el poder. Debemos predicar el Evangelio a todos, incluso a los políticos, sobre todo a los creyentes en Cristo, para que vivan su fe cristiana también en la política”.

Finalmente, el Prelado resaltó que “el Santo Padre es el Sucesor de Pedro. Por tanto, su tarea es la misma de Pedro: consolidar la Iglesia, encabezarla, darle unidad, interpretar con autoridad la Palabra de Dios, para que no cada quien la interprete como quiera y se traicione la autenticidad del mensaje. ¡Qué gran regalo para la Iglesia es el Papa!”

“Para quienes tenemos fe en lo que Jesús estableció, estar con el Romano Pontífice nos da la seguridad de estar con Cristo, de seguir el camino verdadero y de no exponernos a que cada quien interprete el Evangelio como su inspiración le mueva, ni que surjan tantas iglesias cuantas interpretaciones bíblicas sean posibles”, afirmó el Obispo.

Por ello, “la misión de un obispo es servir de puente de comunión entre la Iglesia local, las demás iglesias católicas y quien preside la Iglesia universal”, concluyó el Prelado.