Se trata de un práctico plan de evangelización, que mira a atender debidamente a cada persona que vive en el área parroquial.

PLAN MÍNIMO DE ANÁLISIS Y EVANGELIZACIÓN CAPILAR

PRIMERA ETAPAElaborar un croquis o un mapa de cada ranchería, pueblito, cuadra, colonia o barrio, señalando con distintos colores las familias católicas, protestantes o no creyentes.

a)   Detectar a los católicos practicantes, es decir, perseverantes, que llegan periódicamente a la Iglesia (capilla, grupo, asociación o movimiento), señalándolos con un color fuerte, por ejemplo, rojo.

b)   Detectar a los católicos no practicantes, es decir, no perseverantes, que no se acercan a la Iglesia o lo hacen solamente con motivo de algún acontecimiento especial (fiesta patronal, boda, difunto, bautismo, quince años, etc.), señalándolos con un color más suave, por ejemplo, rosa.

c)    Detectar a los hermanos separados, señalando cada grupo con un color diferente (testigos de Jehová, mormones, Adventistas del Séptimo Día, pentecostales, etc.).

d)   Detectar a los no creyentes, con otro color especial.

SEGUNDA ETAPAPreparar gente capacitada para atender a las distintas categorías de personas, empezando por los católicos.

a) Católicos practicantes.Es suficiente darles breves temas en la catequesis presacramental antes de la Santa Misa o la celebración de la Palabra, en la reunión del grupo, etc.

b) Católicos no practicantes.Hay que visitarlos en su casa, tratando de aclararles la diferencia entre la Iglesia católica, fundada por Cristo, y las sectas, fundadas por hombres. Además, es importante ir aclarándoles las dudas que les vayan poniendo las sectas proselitistas. En la manera de lo posible, hay que ir despertando en ellos el deseo de acercarse más a Dios, acercándose más a la Iglesia.

c) Hermanos separados.Contar por cada grupo con agentes de pastoral especializados.

d) No creyentes.Mediante un sistema de visitas domiciliarias, tratar de acercar a los alejados y no creyentes, dándoles el primer anuncio de la salvación (Kerigma) a los que lo acepten.

ConclusiónPrimero hay que atender a los que están dentro de la Iglesia, es decir a los católicos, sean practicantes o no.Después hay que preocuparse por los que están fuera de la Iglesia, es decir los que se salieron de la Iglesia y se encuentran en los grupos proselitistas. No vaya a suceder que, por querer convencer a los de afuera, descuidemos a los de adentro y los vayamos perdiendo.

Existen regiones alejadas, parroquias, rancherías, familias, personas y sectores de la sociedad, que no cuentan con los elementos necesarios para que pueda haber una verdadera evangelización. En un análisis de la realidad, es importante aclarar todo esto. De otra manera, se dan golpes al aire.
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