VATICANO, 06 Oct. 05 (ACI).-¿No sería conveniente ordenar como sacerdotes a hombres casados para facilitar el acceso a la Eucaristía? Ante la pregunta, planteada oblicuamente por Mons. Arnold Orowae, Obispo Coadjutor de Wabag (Papua Nueva Guinea), el Cardenal Adrianus Simonis, Arzobispo de Utrech (Holanda) y Presidente de la Conferencia Episcopal de los Países Bajos, respondió con un enérgico “no”.

Durante su intervención en el Sínodo en la mañana del jueves, Mons. Orowae se refirió a la escasez de clero para atender “las comunidades que viven en los pueblos alejados que no tienen la posibilidad de participar con frecuencia en la Misa y en la recepción de la Eucaristía?”

El Prelado agregó que “esto plantea una cuestión, ¿Qué clase de sacerdotes necesitamos en nuestra situación? ¿Son necesarios años de formación intelectual en filosofía y teología para otorgar los servicios necesarios a los pobres en las zonas perdidas, que no tienen la misma preparación intelectual?”

En una tangencial referencia a la posibilidad de ordenar a hombres casados, Mons. Orowae preguntó: “¿La Iglesia no debería permitir una formación esencial a los cristianos maduros, con una fe sólida, comprometidos, para que presidan la Celebración Eucarística y permitan a esas personas participar en la Eucaristía, de modo que su importancia y centralidad sean una realidad para ellas?”.

El Cardenal Adrianus Simonis había preparado una ponencia que resultó siendo una inesperada respuesta. El Purpurado holandés advirtió, en efecto, contra “los influjos e impulsos externos de un mundo secularizado e individualista”.

“No deberíamos seguir haciendo memoria de esta intuición fundamental de la vida como don y sacrificio?”, dijo el Purpurado; y agregó: Cambios estructurales como por ejemplo que hombres casados puedan acceder al sacerdocio no parecen ser la solución”.

“¿No es quizás el sacerdocio célibe, como la vida religiosa, un testimonio de esta intuición fundamental? Esto significa que comenzaremos a vivir más eucarísticamente para preparar así el camino para redescubrir el valor de la Eucaristía’”.