Un nuevo estilo en el ejercicio del ministerio petrino

 

suenosEl inicio del pontificado del Papa Francisco me ha llamado particularmente la atención. Sus gestos tan significativos, sus palabras tan atinadas, su cálida sonrisa, su fraterna cercanía, su estilo tan particular, su deseo de una Iglesia pobre y para los pobres…

La presencia del Patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, en el solemne inicio de su ministerio petrino, junto al metropolita Hilarión, de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el metropolita Amfilohje, de la Iglesia ortodoxa serbia, el metropolita Siluan, y numerosos miembros de otras iglesias ortodoxas y de las comunidades eclesiales surgidas de la Reforma luterana… la posibilidad de un viaje a Tierra Santa con el Patriarca de Constantinopla, siguiendo la ruta de Pablo VI y el Patriarca Atenágoras en 1964.

Todo esto me ha llevado a releer un libro del P. Flaviano Amatulli Valente, fmap fundador de los Misioneros Apóstoles de la Palabra, titulado «Hacia un Nuevo Modelo de Iglesia. Propuesta-provocación», cuya primera edición se publicó en marzo de 2005, con relatos que datan del 2002.

El libro está tejido de “sueños” sobre la vida de la Iglesia donde se presentan, con la magia de la narración, los cambios que requiere la Iglesia para atender de manera personalizada a cada bautizado y avanzar en el anuncio del Evangelio. Después de releerlo, puedo decir que lo que está sucediendo en este Pontificado está ya anticipado en este libro tan especial.

En relación al ejercicio del ministerio petrino hay dos “sueños” muy especiales. El primero se titula «La Iglesia: ¿Hacia dónde vamos?», que presenta un Papa muy peculiar, un Papa misionero que desea poner en práctica la colegialidad episcopal hasta las últimas consecuencias, vivir la simplicidad evangélica y volver a los orígenes de la Iglesia, vistiendo de una manera sencilla, haciendo a un lado el fasto pontificio. Un dato importante: en este “sueño”, el Papa señala que su propósito es presentar puntualmente su renuncia al cumplir 75 años de edad, para regresar al lugar donde inició su aventura misionera, con el propósito de pasar allí sus últimos años.

El segundo relato se llama «La unidad entre los cristianos: ¿una utopía?», que presenta el ejercicio del primado petrino a lo largo del segundo milenio, como el principal obstáculo para la unidad entre los discípulos de Cristo y sugiere formas prácticas para que corresponda más a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo. Uno de los momentos más fuertes del relato lo constituye el anuncio de la visita del Papa a Moscú.

Considero útil recomendar la lectura de este interesante libro para conocer, de manera anticipada, los cambios que pueden darse en la Iglesia en los próximos años, no sólo en el ejercicio del ministerio del Papa, sino en la vida cotidiana de la Iglesia.

 

P. Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap